domingo, 13 de abril de 2008

Magnífica reedición de los "Episodios nacionales" con el periódico "El Mundo"

Recomendamos vívamente a nuestros lectores la nueva edición de los "Episodios nacionales", de Benito Pérez Galdós, realizada por la editorial "Espasa" y distribuidos los domingos por el periódico "El Mundo".

Ciertamente, no tenemos ningún interés especial en ninguna de las dos empresas editoriales mencionadas, pero hay que reconocer que la edición es de una calidad magnífica y a un precio sin competencia posible. Por 8´90 euros se adquiere cada volumen: casi 400 páginas con dos novelas, a todo color, con unos gráficos y unas ilustraciones de una calidad excepcional, además de introducciones históricas y cuadros explicativos.

Felicitamos a los promotores por esta iniciativa, si bien nos gustaría aclarar a nuestros lectores que nos parece muy equivocada la tesis de que "... así se forjó la nación española", tal y como dice el lema publicitario de esta reedición. No señores, no, la nación española no se forjó en el siglo XIX, sino siglos antes. El proyecto nacional de España se empieza a forjar en la última etapa del Reino Visigodo, tras la conversión de Recaredo, si bien esa incipiente "España isidoriana" se frustra prematuramente por la invasión musulmana.
Es precisamente el largo período posterior, el de casi ocho siglos de Reconquista, el que sirve de verdadera forja de la nación española y le da esa característica de "perfectibilidad" (según feliz expresión del profesor Miguel Argaya), culminando con el verdadero proyecto nacional que empiezan a articular los Reyes Católicos junto a ese personaje fascinante que fue el Cardenal Cisneros.
Benito Pérez Galdós no deja de plasmar en su obra sus ideas histórico-filosóficas, muy próximas al idealismo alemán del siglo XIX, y su ideología liberal-progresista, y eso es algo que hay que tener muy en cuenta a la hora de adentrarse en sus "Episodios nacionales". Para él, pues, las causas de la decadencia de España provienen en el fondo más de la esencia misma de esa España tradicional y católica que de la trasmutación de valores y de proyecto histórico que supuso la introducción del modelo liberal, y eso es algo que no podemos compartir de ninguna manera. Esa España tradicional y católica llegó a ser un gran imperio, mientras que la mirada al liberalismo y la ilustración sólo sirvió para desnaturalizar el proyecto histórico-político inicial y vaciarle de contenido y, por ende, de sentido.
La ilustración y el liberalismo no sólo no solucionaron los problemas de España, sino que los agudizaron, y por eso tenemos que refutar enérgicamente las afirmaciones que últimamente tanto se prodigan en el sentido de que España nace como nación con la Constitución de 1812 y estupideces similares.
Insistimos: se trata de una edición magnífica que merece la pena, pero no olvidemos que se trata de novelas, no de rigurosos libros de historia, y que, además, la filosofía que hay detrás de ellas es cuanto menos discutible.

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